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sábado, 14 de marzo de 2015

El Cinquecento italiano

El Cinquecento Italiano
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Introducción.
 Si Florencia había sido la ciudad del Quattrocento italiano, Roma fue la del Cinquecento; a lo largo del s.XVI la capital artística de Italia se traslada a Roma, principalmente por la enorme influencia del Papado, que se convierte en el gran protector de los artistas y promotor de obras (no olvidemos que por su enorme herencia clásica, Roma sigue atrayendo a infinidad de artistas que buscan aprendizaje).
A lo largo del periodo correspondiente al alto Renacimiento italiano, denominado Cinquecento, el arte se ve obligado a adecuarse a las normas que impone el decoro, circunstancia derivada del hecho de que la mayor parte de las obras tienen una función religiosa. El arte renacentista clásico alcanza entonces su culminación, además de que el espíritu revisionista y exhaustivo propio del Renacimiento provoca la aparición de tratados compendiosos del lenguaje empleado, sin olvidar tampoco que ésta será una época condicionada artísticamente por el quehacer de grandes figuras tales como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci o Rafael.
    
Con respecto a la división que suele establecerse del arte  italiano del s.XVI, el clasicismo adquirirá una gran fuerza durante la primera mitad del siglo siendo sustituido, a lo largo de la segunda, por un barroquismo de las formas correspondiente al sentir manierista.
Arquitectura del Cinquecento
Equilibrio, austeridad, robustez y predominio de la arquitectura sobre la decoración son características principales de las edificaciones de este periodo, como se aprecia claramente en las obras de Bramante (su magnífico templo de San Pietro in Montorio, donde recoge la herencia romana a través del uso de la tipología de planta central circular). Ahora se usan los volúmenes con un sentido plástico, buscándose el contraste y el juego mediante la conjugación de las formas y el manejo de la luz (elementos cuyo uso teatral se buscará deliberadamente durante el periodo manierista, exagerándolo,).

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San Pietro in Montorio y proyecto para la basílica de San Pedro de Roma.
Ésta fue una época de grandes construcciones y de grandes autores; a lo largo de este siglo XVI se inicia el desarrollo y ejecución de uno de los más importantes planes arquitectónicos: la creación de la basílica de San Pedro del Vaticano (es preciso señalar de nuevo que Roma ostenta la capitalidad artística en estos momentos, además de la cristiana, de ahí que el Papado quisiese reforzar dicha realidad).
Cúpula de San Pedro del Vaticano. Obra proyectada por Bramante y rematad por Miguel Ángel
Adjudicada inicialmente su construcción a Bramante, el fallecimiento del mismo da lugar a la elección del pintor Rafael, cuya participación en el proyecto se ve truncada de igual modo por su muerte, siendo realmente el relevo del posterior elegido (Antonio de Sangallo el Joven) el verdadero artífice del edificio: Miguel Ángel. Recupera el plan inicial de planta central propuesto por Bramante y construye la magnífica cúpula que lo corona inspirándose en la de Bruneleschi, convirtiéndola en referencia de todo el conjunto.
Muestras de su tratamiento de la arquitectura serán también la Biblioteca Laurenciana de Florencia, con su ingeniosa escalera que se adapta al vestíbulo de entrada, así como el diseño urbanístico de la Plaza del Capitolio en Roma o la colaboración que realizará en el Palacio Farnesio (modelo de palacio romano, será comenzado por Sangallo).








Para finalizar, merece la pena destacar dentro de la tendencia manierista a los arquitectos Vignola, el cual creará en la Iglesia del Gesú, en Roma, un modelo posteriormente muy empleado y Andrea Palladio (artífice del recurso denominado "ritmo palladiano", destinado a conseguir efectos de movimiento y claroscuro, así como del Teatro Olímpico de Vicenza).
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Interior y planta de la iglesia de il Gesu (Roma), por Vignola, Fue prototipo de iglesia de la Contrarreforma.
      
Planos de la Villa Capra (Vicenza) y la iglesia de il Redentore (Venecia)
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San Giorgio Maggiore (Venecia)
Escultura del Cinquecento
No es posible hablar de escultura renacentista italiana sin nombrar a uno de los más grandes e importantes artistas de esta disciplina (y no sólo del momento) como es Miguel Ángel; la calidad de su trabajo y su capacidad para obtener "vida" del mármol no puede, incluso a día de hoy, por menos que causar una completa admiración.
En él es posible encontrar los distintos registros que se sucederán a lo largo de este s.XVI, desde aquellas obras iniciales donde se acatan todas las reglas clásicas hasta el manierismo terrible, por completo visionario, de sus "esculturas inacabadas" (ejemplo de las cuales es la Pietá Rondanini).
 
David y la Piedad del Vaticano, obras de juventud
  
La Piedad de Florencia y la Piedad Rondanini
Grandes obras, convertidas en hitos de la historia del arte, van a ser esculturas como el David (tipología clásica, pero completamente novedosa en la forma de representación, en la que además son apreciables la enorme fuerza intrínseca de sus personajes, la monumentalidad y el perfecto conocimiento y ejecución de la anatomía característicos de la obra de Miguel Ángel), el Moisés concebido para el sepulcro del Papa Julio II o la maravillosa Pietá vaticana.
Pintura del Cinquecento
De nuevo hay que referirse a la obra de las tres grandes figuras: Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Rafael, el primero de los cuales será el prototipo absoluto de hombre del Renacimiento (pintor, escultor, inventor, etc.).
Las obras de Leonardo poseen un cierto misterio (empleará la técnica del sfumato para envolver sus representaciones de una especie de sugestivo velo difuminador) que las hace especialmente sugestivas, además de que su maestría técnica y el enorme conocimiento que posee del cuerpo humano le posibilitarán abarcar aquel registro de emociones que desee representar.
Gran observador de la naturaleza humana, el estudio psicológico realizado de sus personajes queda patente en retratos como el de la universalmente famosa Gioconda.
  
La Gioconda, La Virgen con el niño y Santa Ana, La belle ferronière
La Anunciación, por Leonardo
La Última Cena, refectorio de Santa María de las Gracias (Milán)

La pintura de Miguel Ángel acusa muchas de las características de su obra escultórica: trazo enérgico, monumentalidad, dramatismo y fuerza sobrehumana. En su obra se hallan las raíces del Manierismo, sus gigantes carecen de espacio y se mueven en una atmósfera angustiosa; un mundo dramático muy opuesto al optimismo del hombre del primer renacimiento.
         
Una Sibila y el fresco del Juicio Final, de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina
Rafael, gusta de modelos de una ingenuidad y belleza equilibrada en sus inicios, perfectos ejemplos del más puro clasicismo, sufrirá una evolución enorme en su pintura a partir de la asunción de diversas influencias (Miguel Ángel), llegando incluso a rozar el Manierismo en sus últimas piezas. Autor de una obra enorme, a pesar de su temprana muerte, realiza fundamentalmente temas religiosos (sus famosísimas Madonnas), retratos y grandes composiciones.
  
La dama del unicornio, El Cardenal y la bella jardinera
La escuela de Atenas (alegoría de la Filosofía), en las Estancias Vaticanas
Mención aparte hay que referirse a la escuela veneciana, cuya influencia en el arte de la pintura es capital. Veamos algunas de las principales señas de identidad de esta escuela: el culto al color (frente al dibujo de los florentinos), la exaltación de la riqueza, contemplación poética del paisaje y la importancia de los temas secundarios.
Entre los grandes maestros del siglo XVI destacan las figuras de Tiziano (discípulo de Giorgione), es el gran retratista de la escuela, ejemplo Carlos V en Muhlberg, es también maestro de las formas blandas y redondas como lo demuestra en sus desnudos femeninos, Danae, la Venus de Urbino, la Bacanal), su pintura se hace progresivamente pastosa y la mancha parece deshacer la forma; el Veronés (el pintor del lujo, con sus grandes palacios y jardines, ejemplo Las Bodas de Cana) y el Tintoretto (es manierista por sus contrastes de luces y sombras, scorzos, movimientos violentos, ejemplo El Lavatorio).
 

 
Carlos V en Muhlberg, Danae y la lluvia de oro, la Venus de Urbino y autorretrato de Tiziano
 
Las Bodas de Caná, por el Veronés

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Jesús entre los doctores, del Veronés
File:El Lavatorio (Tintoretto).jpg Tintoretto 11
El Lavatorio y El traslado de San Marcos, de Tintoretto